De pie junto a su marido, con el corazón apesadumbrado pero lleno de determinación, hizo una promesa silenciosa. Una promesa a sí misma, a su marido y a todos los que se enfrentarían a luchas similares en el futuro. En ese momento vulnerable, mientras su marido se preparaba para dar su último suspiro, encontró claridad en medio del dolor.
Con una determinación inquebrantable, se comprometió a ofrecer voluntariamente su tiempo, energía y voz a la causa de las opciones al final de la vida. Para ella, no se trataba solo de aliviar el sufrimiento de su marido en sus últimos momentos, sino de allanar el camino para que otros encontraran paz y dignidad en sus propios viajes.
Mientras los últimos vestigios de vida se escapaban de su amado compañero, susurró sus intenciones. "Cuando esto acabe", juró, "seré voluntaria en mi casa de Arizona".
Con cada palabra, sentía que se agitaba en su interior un propósito. Se imaginaba a sí misma tendiendo la mano a pacientes y familiares, ofreciéndoles el apoyo y la orientación que tan desesperadamente necesitaban. Se imaginaba caminando a su lado, ayudándoles a sortear las complejidades de los cuidados al final de la vida y asegurándose de que sus deseos se cumplían hasta el final.
En su mente veía un futuro en el que las opciones al final de la vida no eran sólo un sueño lejano, sino una realidad tangible. Sabía que el cambio no se produciría de la noche a la mañana, pero estaba dispuesta a arremangarse y ponerse manos a la obra.
En Arizona, donde vivía, la lucha por las opciones al final de la vida ya estaba en marcha. Había un grupo de Opciones para el Final de la Vida que trabajaba incansablemente por una nueva ley, una ley que diera a los individuos la autonomía para tomar decisiones sobre su propia muerte. https://azendoflifeoptions.org/
Con un renovado sentido del propósito, se unió a sus filas, prestando su voz al coro de defensores que pedían un cambio. Juntos, lucharon por los derechos de los enfermos terminales, por la libertad de morir en sus propios términos y por la compasión y la dignidad que todo ser humano merece.
Pero su viaje estaba lejos de terminar. En medio de la silenciosa quietud de la sala, supo que su propósito ahora era ayudar a los demás a encontrar la misma paz y el mismo consuelo que había encontrado su marido. Y así, con un corazón lleno de esperanza y un espíritu fortalecido por el amor, emprendió su nuevo camino como voluntaria, como defensora y como faro de luz en la oscuridad de los cuidados al final de la vida.
Para ella, el camino hacia la abogacía no fue sólo una elección, sino una vocación. Y al responder a esa llamada, encontró consuelo en saber que el legado de su marido perduraría, no sólo en el recuerdo, sino en las vidas de aquellos a los que llegaría con su bondad, su compasión y su compromiso inquebrantable de hacer del mundo un lugar mejor para todos aquellos que se enfrentan al viaje más difícil de la vida.
Para mí, como médico de su marido, fue un honor y un regalo ser testigo de su muerte pacífica y del cumplimiento de sus deseos, así como de su determinación, resistencia y compasión para seguir adelante y convertirse en voluntaria. La gratitud y la generosidad no tienen límites.

Dra. Barbara Morris
La doctora Barbara Morris, geriatra de Golden Colorado, es una firme defensora de la Ley de Opciones para el Final de la Vida de Colorado. Barbara es una ferviente defensora del derecho de todos los habitantes de Colorado a una atención al final de la vida centrada en el paciente y con igualdad de acceso a todas las opciones legales. En su práctica de consultoría, trabaja con pacientes y familias para comprender la gestión de sus cuidados y sus necesidades al final de la vida. Se enorgullece de ser miembro fundador de la Junta Directiva de End of Life Options Colorado. Barbara vive en Golden, Colorado con su marido . su valiente, su adorable chihuahua. Ella prospera disfrutando de la belleza y la paz de las montañas de Colorado. Además de su papel con End-of-Life Options Colorado, Barbara es miembro emérito de la Junta Directiva de The Family Tree en Denver. Está orgullosa de haber formado parte de más de 20 equipos de voluntarios en Estados Unidos, así como en India, Vietnam, Ecuador, Perú, Tanzania, Paraguay, Guatemala y Cuba.